Recaredo (586–601), un storyboard del rey godo
Recaredo (586–601), hijo de Leovigildo, es célebre por su conversión del arrianismo al catolicismo en el III Concilio de Toledo (589), un hito clave para la unidad religiosa del reino visigodo. Esta conversión facilitó la integración con la población hispanorromana y la colaboración con la Iglesia. Gobernó con estabilidad, manteniendo la unidad territorial conseguida por su padre. Su reinado marcó el inicio de una estrecha alianza entre la monarquía y la Iglesia, que caracterizaría al reino visigodo hasta su final. Fue un rey diplomático, reformador y hábil político, clave en la consolidación del poder real en Hispania.
Ascenso al trono
En 586, tras la muerte de Leovigildo, Recaredo es proclamado rey en Toledo. Su coronación, en una iglesia arriana, reúne a nobles visigodos y hispanorromanos, pero su juventud y la sombra de Hermenegildo generan dudas. Recaredo promete continuar la unificación de su padre, pero en privado planea un cambio radical: la conversión al catolicismo.
Conversión al catolicismo
En 587, Recaredo anuncia su conversión al catolicismo en Toledo, abjurando del arrianismo. En una ceremonia privada, es bautizado por un obispo católico, acompañado por su madre Gosvinta, que se opone ferozmente. La decisión divide a la corte, pero Recaredo, convencido de que el catolicismo unirá al reino, enfrenta las críticas con determinación.
Tercer Concilio de Toledo
En 589, Recaredo preside el Tercer Concilio de Toledo, donde el reino visigodo adopta oficialmente el catolicismo. En una basílica abarrotada, obispos católicos y nobles arrianos convertidos juran lealtad a la nueva fe. Recaredo, consciente del riesgo de rebeliones, refuerza su guardia, pero su discurso apasionado galvaniza a los hispanorromanos, marcando un hito histórico.
Rebelión arriana
En 590, nobles arrianos, liderados por Sunna y Gosvinta, se rebelan contra Recaredo en Septimania, opuestos a su conversión. Recaredo envía un ejército desde Toledo, aplastando la revuelta con dureza. En una audiencia tras la victoria, ejecuta a los líderes, consolidando el catolicismo, pero su corazón pesa por la traición de su madre.
Corte católica en Toledo
En 592, Recaredo preside una corte católica en Toledo, invitando a obispos, poetas y mercaderes hispanorromanos. En una sala decorada con cruces, escucha un informe sobre la unificación religiosa, mientras su esposa borda un tapiz. La corte, vibrante, refleja su éxito, pero rumores de conspiraciones lo mantienen en alerta.
Diplomacia con los francos
En 595, Recaredo envía emisarios a los francos para negociar una tregua, ofreciendo regalos de ámbar y promesas de cooperación religiosa. En Toledo, recibe a un emisario franco, asegurándole que el catolicismo visigodo fortalece la cristiandad. La diplomacia evita la guerra, pero los francos, ambiciosos, siguen siendo una amenaza latente.
Construcción de iglesias
En 597, Recaredo impulsa la construcción de iglesias católicas en Toledo y Sevilla, simbolizando la nueva fe. Supervisa una obra en Toledo, hablando con arquitectos sobre mosaicos. La iniciativa une a godos y romanos, pero los costos generan quejas entre los nobles, que Recaredo apacigua con tierras.
Educación de Liuva II
En 600, Recaredo educa a su hijo Liuva II en Toledo, enseñándole leyes y teología católica. En una sala, le explica la importancia del Concilio de Toledo, mientras Liuva, joven y serio, escucha con atención. Recaredo, orgulloso, ve en él la continuidad de su legado, aunque teme las conspiraciones nobiliarias.
Muerte en Toledo
En 601, Recaredo muere en Toledo, posiblemente por fiebres, tras un reinado transformador. En su lecho, rodeado de Liuva II y obispos, pide que el catolicismo una al reino. Su funeral, con ritos católicos, atrae a miles, que lo veneran como el rey que trajo la paz religiosa, aunque las tensiones nobiliarias persisten.
Funeral solemne
Tras su muerte, Recaredo es enterrado en una basílica de Toledo, con una ceremonia católica majestuosa. Obispos y nobles, godos y romanos, asisten, mientras un coro canta himnos. Liuva II, ahora rey, promete honrarlo, pero los nobles ya conspiran, presagiando la inestabilidad de su reinado.
Legado en la iglesia
Años tras su muerte, los obispos en Toledo celebran a Recaredo como el padre del catolicismo visigodo. En una basílica, un mosaico con su imagen es bendecido, mientras los nobles recuerdan el Concilio de Toledo. Su legado religioso perdura, aunque las luchas de poder amenazan su visión de unidad.
Rey anterior | Rey | Rey posterior |
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Leovigildo (568–586) | Recaredo (586–601) | Liuva II (601-603) |