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Liuva II (601-603), un storyboard del rey godo

Liuva II fue rey de los visigodos entre 601 y 603 d.C., hijo de Recaredo I y primer monarca visigodo nacido ya en una monarquía plenamente católica. Subió al trono siendo joven e inexperto, lo que facilitó una conspiración liderada por Witerico, un noble que lo derrocó y mandó ejecutar tras apenas dos años de reinado. Su breve y trágico gobierno marcó el fin de la dinastía iniciada por Leovigildo y abrió una etapa de fuerte inestabilidad política en el reino visigodo de Toledo.


Ascenso al trono

En 601, tras la muerte de Recaredo, Liuva II, de apenas 18 años, es proclamado rey en Toledo. Su coronación, en una basílica católica, reúne a nobles y obispos, pero su juventud e inexperiencia generan escepticismo. Liuva promete seguir el legado católico de su padre, pero los nobles, ambiciosos, ya planean aprovechar su debilidad para ganar poder.

Consejo para ganar lealtad

Días tras su coronación, Liuva II convoca a los nobles en Toledo para asegurar su apoyo. Promete tierras y exenciones fiscales, pero su voz titubeante y falta de autoridad hacen que los nobles lo traten con condescendencia. Witerico, un general ambicioso, observa desde un rincón, planeando su ascenso, mientras Liuva intenta proyectar confianza en vano.

Gobierno débil

En 602, Liuva II lucha por imponer su autoridad en Toledo, enfrentando quejas de nobles sobre impuestos y defensas débiles contra los bizantinos. En una audiencia, intenta mediar entre facciones, pero su falta de experiencia permite que los nobles manipulen las decisiones. Su corte, dividida, refleja un reino al borde de la conspiración, mientras Liuva busca apoyo en los obispos.

Apoyo a la iglesia

Liuva II, fiel al catolicismo de Recaredo, dona tierras a las iglesias de Toledo para ganarse a los obispos. En una ceremonia, entrega un pergamino a un obispo, buscando su bendición, pero los nobles arrianos residuales y los ambiciosos ven su religiosidad como debilidad. La donación fortalece a la iglesia, pero no a su trono, que tambalea bajo las intrigas.

Corte en crisis

En 603, Liuva II reside en un Toledo fracturado, donde los nobles conspiran abiertamente. En una sala, recibe a mercaderes con menos bienes debido a la inestabilidad, mientras Witerico reúne apoyos en secreto. Liuva, consciente de los rumores, refuerza su guardia, pero su soledad crece, y reza en privado por la fuerza que no tiene.

Derrocamiento y mutilación

En 603, Witerico lidera un golpe contra Liuva II en Toledo. Durante una audiencia, los conspiradores lo capturan, cortándole una mano como humillación antes de destronarlo. Liuva, gritando de dolor, es arrastrado a una celda, mientras Witerico se proclama rey. Su breve reinado termina en tragedia, dejando el reino en manos de un usurpador.

Muerte en prisión

Poco después de su derrocamiento, Liuva II es ejecutado en una celda de Toledo por orden de Witerico. Solo, con su túnica rota, reza una última vez antes de ser apuñalado por un guardia. Su muerte pasa desapercibida, y los nobles, bajo el nuevo rey, ignoran su legado, enfocados en nuevas luchas de poder.

Rey anteriorReyRey posterior
Recaredo (586–601)Liuva II (601-603)Witerico (603–610)