Ervigio (680-687), un storyboard del rey godo
Ervigio (680–687), accedió al trono tras la forzosa abdicación de Wamba. Ervigio reforzó los privilegios de la nobleza y la Iglesia para asegurar su legitimidad. Reformó el código legal, atenuando penas excesivas, y convocó concilios para fortalecer su posición. Su reinado fue conservador, centrado en mantener el equilibrio político interno. Promovió a su yerno Egica como sucesor, buscando una transición pacífica. Su política moderada contrastó con el estilo enérgico de Wamba, pero consolidó la figura del rey como árbitro entre las élites.
Ascenso al trono
En 680, Ervigio toma el poder tras drogar y tonsurar a Wamba, proclamándose rey en Toledo con apoyo de nobles y obispos. Su coronación, en una basílica, está marcada por la controversia, con muchos viendo su ascenso como una traición. Ervigio, de unos 40 años, promete lealtad a la iglesia y estabilidad, pero su legitimidad depende de apaciguar a los nobles resentidos por Wamba. Toledo vive en tensión, con mujeres cosiendo estandartes y hombres murmurando en mercados.
Concilio de Toledo XII
En 681, Ervigio convoca el XII Concilio de Toledo para legitimarse, aprobando leyes que refuerzan la iglesia y limitan a los nobles. En una basílica, escucha a obispos debatir sobre herejías, buscando su apoyo a cambio de donaciones. Los nobles, resentidos, aceptan a regañadientes, pero las leyes antijudías renovadas generan más tensiones. Ervigio, inseguro, refuerza su guardia, mientras la ciudad canta himnos y retoma su rutina.
Leyes antijudías
En 682, Ervigio refuerza las leyes antijudías, presionado por los obispos y su propia inseguridad. En una sala de Toledo, firma decretos que exigen conversiones, ignorando súplicas de comerciantes judíos. La medida provoca fugas y daña el comercio, pero Ervigio la defiende para ganar el favor eclesiástico. Los nobles, indiferentes, se enfocan en sus tierras, mientras la ciudad vive con mercados vigilados y mujeres vendiendo telas.
Corte religiosa
En 684, Ervigio fomenta una corte devota en Toledo, rodeándose de obispos para contrarrestar su impopularidad. En una sala, ora con clérigos ante un crucifijo, mientras su esposa borda un tapiz. Su religiosidad, aunque sincera, no aplaca a los nobles, que critican su debilidad militar. La ciudad vive bajo su influencia eclesiástica, con mujeres cantando himnos y hombres reparando iglesias.
Nombramiento de Egica
En 686, Ervigio nombra a Egica, su yerno, como sucesor, buscando asegurar su dinastía. En una ceremonia en Toledo, le entrega un anillo ante nobles y obispos, quienes aceptan por lealtad a la iglesia. Sin embargo, los nobles ven a Egica como una extensión de Ervigio, y las tensiones crecen. Ervigio, enfermo, confía en que Egica mantendrá su legado, mientras la ciudad prepara la transición con cautela.
Cacería para apaciguar
En 683, Ervigio organiza una cacería cerca de Toledo para ganarse a los nobles tras las leyes antijudías. Participa con una lanza, pero su torpeza provoca risas disimuladas. En el banquete, ofrece tierras a los leales, pero las tensiones persisten, y Ervigio, nervioso, teme conspiraciones. Mujeres preparan hogueras, y la ciudad vive una falsa calma, con hombres afilando arcos.
Supervisión de iglesias
En 685, Ervigio inspecciona una iglesia en Toledo, donada para reforzar su apoyo eclesiástico. Habla con arquitectos sobre cruces doradas, mientras obispos bendicen la obra. Los nobles critican los costos, pero Ervigio, débil, ignora las quejas, confiando en la iglesia. La ciudad bulle con actividad, con mujeres llevando agua y hombres tallando cruces.
Corte bajo presión
En 686, Ervigio reside en un Toledo inquieto, recibiendo menos bienes de mercaderes por su impopularidad. En una sala, negocia con un comerciante, mientras los guardias refuerzan las puertas, temiendo un golpe. Ervigio, enfermo, reza en privado, consciente de su fragilidad, mientras los nobles planean apoyar a Egica. La ciudad vive con cautela, con mujeres lavando ropa y hombres afilando espadas.
Enfermedad y muerte
En 687, Ervigio muere en Toledo, debilitado por una larga enfermedad. En su lecho, rodeado de Egica y obispos, pide que su yerno proteja la iglesia. Su funeral, con ritos católicos, es sencillo, y los nobles, aliviados, esperan un rey más fuerte. Toledo retoma su rutina, con mujeres cantando himnos y hombres reparando carros, marcando el fin de un reinado controvertido.
Legado debatido
Tras su muerte, Ervigio es recordado en Toledo como un rey débil que traicionó a Wamba. En una basílica, un obispo lee sus leyes, pero los nobles, bajo Egica, critican su sumisión eclesiástica. Un cronista escribe su historia, pero su reinado es opacado por las reformas de sus sucesores. La ciudad sigue adelante, con mujeres hilan lana y hombres tallando cruces.
Rey anterior | Rey | Rey posterior |
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Wamba (672-680) | Ervigio (680-687) | Egica (687-700) |