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Egica (687-700), un storyboard del rey godo

Egica (687–700), yerno de Ervigio, Egica asumió el trono en un clima de desconfianza y tensiones con la nobleza. Continuó la política de reformas legales, endureciendo las disposiciones contra los judíos y fortaleciendo el poder real. Afrontó conspiraciones internas y descontento por sus medidas fiscales. A pesar de los conflictos, su reinado consolidó la legislación visigoda y la centralización política. Fue un gobernante austero y decidido, que preparó a su hijo Witiza para sucederlo, aunque sin lograr plena estabilidad.


Ascenso al trono

En 687, Egica asume el trono en Toledo tras la muerte de Ervigio, su suegro, consolidando su poder como heredero designado. Su coronación, en una basílica, reúne a nobles y obispos que lo ven como una continuidad, pero su ambición despierta recelos. Egica, de unos 35 años, promete proteger la iglesia y el reino, pero su plan de centralizar el poder genera tensiones. La ciudad vive con cautela, con mujeres cosiendo estandartes y hombres afilando lanzas.

Concilio de Toledo XV

En 688, Egica preside el XV Concilio de Toledo, aprobando leyes que refuerzan el poder real y la iglesia. En una basílica, escucha a obispos debatir sobre tierras eclesiásticas, buscando su apoyo contra los nobles. Las leyes antijudías se endurecen, provocando más fugas, pero Egica las defiende para consolidar su base. Los nobles, resentidos, murmuran, mientras la ciudad canta himnos y retoma su rutina.

Rebelión de Suniefredo

En 692, Egica enfrenta la rebelión de Suniefredo, un noble descontento con su rigor. Desde Toledo, envía un ejército, sofocando la revuelta tras meses de lucha. En una sala, revisa mapas con generales, aliviado por la victoria, pero preocupado por la fragilidad del reino. Los nobles, obligados a jurar lealtad, esconden su resentimiento, mientras la ciudad vive con mercados vigilados y mujeres vendiendo telas.

Nombramiento de Witiza

En 698, Egica nombra a su hijo Witiza corregente, buscando asegurar su dinastía. En una ceremonia en Toledo, le entrega una espada ceremonial ante nobles y obispos, quienes aceptan por lealtad a la iglesia. Sin embargo, los nobles ven en Witiza un rey débil, y las tensiones crecen. Egica, confiado, ignora las críticas, mientras la ciudad prepara la transición con cautela.

Leyes antijudías

En 694, Egica refuerza las leyes antijudías, acusándolos de conspirar con enemigos externos. En una sala de Toledo, firma decretos que exilian a muchos, ignorando súplicas de comerciantes. La medida daña el comercio, pero Egica la defiende para apaciguar a los obispos. Los nobles, indiferentes, se enfocan en sus tierras, mientras la ciudad vive con mercados vigilados y mujeres vendiendo telas.

Corte familiar

En 695, Egica pasa tiempo con Witiza y su familia en Toledo, enseñándole leyes y estrategias. En un patio, juega con sus nietos mientras su esposa borda un tapiz. Egica, consciente de las conspiraciones, prepara a Witiza para el trono, temiendo que los nobles lo desafíen. La corte, tranquila, refleja su éxito, pero la ciudad vive con cautela, con mujeres sirviendo pan y hombres reparando carros.

Supervisión de murallas

En 697, Egica inspecciona las murallas de Toledo, reforzadas tras la rebelión de Suniefredo. Habla con arquitectos sobre defensas, mientras soldados patrullan. Su obsesión por la seguridad refleja su temor a nuevas revueltas, pero los nobles critican los costos. La ciudad bulle con actividad, con mujeres llevando agua y hombres forjando lanzas.

Corte religiosa

En 699, Egica fomenta una corte devota en Toledo, invitando a obispos para reforzar su legitimidad. En una sala, ora con Witiza ante un crucifijo, mientras los nobles fingen devoción. Su religiosidad no aplaca las conspiraciones, y Egica dona tierras a la iglesia, esperando protección divina. La ciudad vive bajo su influencia, con mujeres cantando himnos y hombres reparando iglesias.

Muerte y sucesión

En 700, Egica muere en Toledo, dejando a Witiza un reino fuerte pero dividido. En su lecho, rodeado de obispos y su hijo, pide que la iglesia guíe el reino. Su funeral, con ritos católicos, reúne a la corte, pero los nobles ya planean influir en Witiza. Toledo retoma su rutina, con mujeres hilan lana y hombres tallando cruces.

Rey anteriorReyRey posterior
Ervigio (680-687)Egica (687-700)Witiza (700-710)