Recaredo II (621), un storyboard del rey godo
Recaredo II (621), hijo de Sisebuto, fue proclamado rey siendo aún un niño, lo que evidenció el intento de instaurar una monarquía hereditaria. Sin embargo, su reinado duró muy poco, probablemente solo unos meses, ya que murió en circunstancias poco claras. Su breve paso por el trono reflejó la fragilidad de los mecanismos sucesorios visigodos y facilitó el ascenso de Suíntila. Su figura es más simbólica que política, asociada a los conflictos entre dinastías y a las dificultades de consolidar la sucesión dinástica.
Ascenso al trono
En 621, tras la muerte de Sisebuto, Recaredo II, de unos 8 años, es proclamado rey en Toledo bajo la regencia de nobles y obispos. Su coronación, en una basílica, es un espectáculo triste: los nobles murmuran sobre su inexperiencia, y los obispos, aunque lo bendicen, temen por la estabilidad. Recaredo, asustado, sostiene una espada demasiado grande, mientras la corte se fractura entre leales y ambiciosos.
Regencia inestable
En 621, la corte de Toledo, bajo regentes nobles, intenta gobernar en nombre de Recaredo II. En una sala, los regentes discuten impuestos y defensas, ignorando al niño rey, que juega con un crucifijo. Las facciones nobiliarias, lideradas por Suíntila, conspiran para tomar el poder, mientras los obispos piden calma, pero la fragilidad del reino se evidencia en rumores de rebelión.
Corte bajo amenaza
Durante su breve reinado, Recaredo II reside en un Toledo lleno de intrigas. En una sala, los regentes lo presentan ante mercaderes, pero las negociaciones fracasan por rumores de golpe. Recaredo, ajeno al peligro, dibuja en un pergamino, mientras los guardias refuerzan las puertas, temiendo un ataque de Suíntila, que gana apoyos en la sombra.
Bendición vacía
En 621, los obispos bendicen a Recaredo II en una ceremonia en Toledo, esperando fortalecer su imagen. El niño, vestido con una túnica ceremonial, apenas entiende el ritual, mientras los nobles fingen lealtad. La bendición, destinada a unir al reino, solo resalta su vulnerabilidad, con Suíntila ya planeando su derrocamiento en las afueras de la ciudad.
Derrocamiento y muerte
Apenas meses tras su ascenso, en 621, Recaredo II es derrocado por Suíntila, un noble militar apoyado por facciones descontentas. En una sala del palacio, el niño es arrancado de su trono y, según crónicas, asesinado en secreto para evitar mártires. Su breve reinado termina en silencio, con la corte pasando rápidamente a Suíntila, mientras los obispos lamentan la pérdida de otro rey joven.
Olvido inmediato
Tras su muerte, Recaredo II es olvidado en Toledo, su nombre apenas mencionado por los cronistas. En una basílica, un obispo ora por su alma, pero los nobles, bajo Suíntila, discuten campañas, ignorando al niño rey. Su tumba, sin marcar, simboliza la fragilidad de los reyes jóvenes en un reino dominado por la ambición.
Rey anterior | Rey | Rey posterior |
---|---|---|
Sisebuto (612-621) | Recaredo II (621) | Suíntila (621-631) |